Increíble y dolorosa es la sensación de amar y no ser correspondido. Aun más increíble es la sensación de amar aun sabiendo que esa persona jamás podrá ser de uno.
¿Por que uno se llega a enamorar de esta forma tan cruel? Diría nuestro pensamiento que intenta estar de acuerdo con la razón y la lógica, pero no está de acuerdo con el corazón. Alguna vez alguien me dijo, “en el corazón no se manda”, y yo solo lo llegue a tomar como una frase más de amor o desamor, pero sin ningún aviso de ningún tipo, te conocí, curiosamente en una playa, tal y como según aquellos románticos de hueso colorado mencionan que es el lugar idóneo para enamorarse, o como en mi caso, solo ilusionarme.
Pero quisiera que alguien me dijera, como no ilusionarme, si su mirada tan efímera y fugaz, radiante y bella que pareciera que invitan a descubrir esos enigmas que toda mujer irradia y que uno como hombre muere por hacerlo. Y era tal la belleza de esa mujer (en esencia) que logro distraerme por completo de toda concentración. Increíblemente, no era una ilusión o una mala jugada de mi imaginación, ella era tan real como la misma brisa del mar o el eco inconfundible de las olas del mar.
Esos ojos, tan iluminados cual estrella fugaz volátil en el cielo de mi mirar y llamativos, hacían que mi palpitar creciera, al tiempo que crecían mis ansias por estar junto a ella en toda la medida posible, y no era solo un sueño, era algo que casi lo podía hacer, puesto que la tenía a metro y medio de mí, lo peor es que fue durante muchas horas…horas que se me escaparon cual agua entre los dedos y no pude evitarlo. Tampoco pude evitar fijarme en ella, esos ojos, sus cabellos cuales ondas de la mar, su piel, de un color y textura que me invitaba a probarla y recorrerla suave y delicadamente, pues para mi, ella es un imán y similar a un hipnotismo, toda tu es un atractivo y lujurioso misterio, un enigma disfrazado de mujer, un sueño reencarnado en ti, un placer escondido en vuestra mirada y erotismo transpirado en tu piel.
Unas noches después de haberte contemplado sobre la orilla del mar cual cielo lleno de estrellas, soñé con vos, te soñé suave y delicada, radiante y sensual, tímida y excelsa, te soñé en todo tu esplendor. Soñé que por un momento te hacia mía y que no nos separábamos mas. Soñé con tus poros que me enajenan por completo; escuche en tu abdomen desnudo pronunciar mi nombre cual susurro al oído; es tu piel que me emociona cuando la beso; son tus manos que se entrelazan aferrándose a las mías en señal de nuestro enlace y la caricia tierna de un “te amo” en una silenciosa cama; son tus muslos suaves que me atrapan, son tus piernas que enloquecen la psiquis en mi cabeza; es mi imaginación que se encarga de acariciar tocándolas con la punta de los dedos, haciéndote sentir el cosquilleo puro de mi profundo deseo.
Tus piececitos delicados me persiguen y me acarician los labios buscando un beso como rito papal, como esclavo episcopal subyugándome a tu placer; permitiéndome recorrer tus pantorrillas y tus piernas con serenidad, con paciencia, con incitación; regresar por tus muslos, sobre volar sobre ellos y aterrizar en escala sobre tu vientre joven y ávido; explorarte incansable, merodear por tu bragadura y al delicado ósculo estimular tu vulva matriz, un suspiro tuyo me señala que he perpetrado en ti esa fogosidad que guardas para mí.
Tus caderas se remarcan en la cama como cuando el viento sopla en el desierto, esculpiendo tus formas en la arena, una fémina inocente que se remontan a una Eva en el edén; delineada en el jardín de principio a fin, con la certeza de un pecado inminente, disfrutando del fruto prohibido que no es ajeno y que me provoca al máximo; tu ombligo guarda el enigma maternal que quiero fecundar, ese discreto sentir de llevar en ti una parte de mi, ese milagro de la vida que deseo copular en tus entrañas como parte de un proyecto que me una a ti.
Desenvuelve ese pudor guardado en el prejuicio natural, rompe el esquema que se oculta en tu sonrisa y haz de tus labios ese tabú pecaminoso que yergue mi fálico entusiasmo, deshazte de la duda y el temor por como darme placer e irrumpe con sensualidad, fervor y libación los deseos de tu boca.
Son tus pechos que surgen de tu cuerpo con gallardía y elegancia, y que me hacen sucumbir en ese éxtasis placentero de acariciarte con sutileza y suavidad, la convexidad de su apariencia me incitan al beso pleno, provocando en mi boca ese saboreo codicioso de la turgencia de tu torso, que me coquetea, que me llama, que me excita, que me estimula y me corteja.
Acercarme a tu cuello percibiendo el aroma de mujer inevitable, con cierto aire de femme fatale, con el mismo toque misterioso y enigmático, lujurioso y romántico; beber del sabor de tu cuello atrayente, sentir tus caricias discurrir por mi espalda y mis manos recorriendo tu anatomía, tus uñas desgarrándome la piel y tu beso tatuándome pasiones, tu gemido fuerte y claro, tus labios expresando placer y tu mirada fija dejándote poseer; es tu cuerpo que transpira gozo, es tu aliento que se siente sosegado, es tu beso que refresca mi sed, es tu movimiento la armonía musical; son tus piernas que me aprisionan sin dejarme escapar; es tu abdomen que ondea como un mar en tormenta, es la fricción de ambas pelvis que se acelera poco a poco; sentirme sometido, sentirte someterte, internándome en ti con la licencia que me da tu corazón; es el desenlace de dos personas que se aman y se quieren, que se engañan y se mienten, que se escapan y se pierden… que se extrañan y se sienten.
Mientras la luna ilumina tu figura dibujando tu silueta descansando sobre la cama pienso en ti y en lo que siento; de sentirme reclutado por tu encanto, inspirado por tu amor, enamorado de cada latido de tu corazón, motivado por tu convicción; es tu sonrisa que se clava en mi recuerdo y es el corazón me dice que no te olvidare; y al pensarte me siento comprometido con tu recuerdo y tu imagen se plasma como transfiguración divina.
Es tu cuerpo que me llama, es tu cuerpo que me designa… tu mismo cuerpo que me está pidiendo. Y de repente, algo pasa, una extraña sensación de alejamiento, un movimiento brusco y fuerte, oh no, he despertado de mi mejor sueño.
Dicen que los sueños así son recíprocos, entonces pienso que ella piensa lo mismo que yo en su sueño…
Te extrañare Itzel.....
domingo, 20 de diciembre de 2009
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